Fragancias
¿A qué huele un algoritmo? La tecnología conquista tu
perfume
Por El País Retina 9 AGO 2019 - 11:02 CEST
El desarrollo de fragancias ya no es lo que era. Así se está
reinventando esta añeja industria en su búsqueda de nuevas y más personalizadas
esencias
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Julio Iglesias en la presentación de su perfume, Only by Julio Iglesias (1989) Getty Images |
Seguir leyendo en RetinaFirmenich es una empresa suiza fundada hace más de un siglo. Desde 1895, se ha dedicado a la creación de fragancias y sabores. De sus laboratorios han salido perfumes como Aqua di Gio, Boss Bottled, Flower by Kenzo o Light Blue, de Dolce&Gabbana. Estos fueron fruto de la imaginación humana, los próximos podría inventarlos una máquina. Hace ya un año que Firmenich inauguró su Digital Lab, con la colaboración de la Escuela politécnica federal de Lausana (EPFL). ¿El plan? Explorar el potencial de la inteligencia artificial en los procesos creativos de la marca.Dos meses después, Symrise, otro grande del sector, anunció el desarrollo de Phylyra, otro plan para mezclar perfumes y algoritmos, esta vez de la mano de IBM. "Ahora nuestros perfumistas pueden trabajar con un aprendiz de inteligencia artificial a su lado. Uno que puede analizar miles de fórmulas y datos históricos para identificar patrones y predecir nuevas combinaciones, ayudándoles a ser más productivos y acelerando el proceso de diseño, al guiarles hacia fórmulas nunca vistas", aseguraba Achim Daub, presidente de Symryse Scent&Care. Y la ola no terminó ahí. El pasado mes de abril, Givaudan lanzaba de una plataforma llamada Carto y pensada para creación de fragancias a golpe de app.
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